MATERIA PRIMA DE LAS ISLITAS

DESDE 1989

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CONOCE NUESTRA HISTORIA

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ASÍ EMPEZÓ TODO

En 1989, Elena y Miguel, un matrimonio de Santa Cruz de Tenerife, abrió las puertas de la cafetería. No se conformaban con servir café, soñaban con convertir cada plato en una pequeña experiencia culinaria.

Con el tiempo, el local se transformó en mucho más que un negocio, se convirtió en un hogar. Un punto de encuentro donde familia, amigos y vecinos compartían vida alrededor de la barra.

La curiosidad les llevó a recorrer el mundo buscando sabores y combinaciones, capaces de sorprender a quienes se sentaban en sus mesas.

Estas mezclas no pasaron desapercibidas, y pronto llegaron los reconocimientos.

En 2023, el corazón de la cafetería tembló cuando Elena recibió un diagnóstico difícil.
Fue entonces cuando Amanda entró para dar relevo a su madre.
Fueron tiempos marcados por cambios profundos, que pusieron en el centro lo verdaderamente esencial: la familia, el amor y el tiempo.

Cada bocadillo es un reflejo de los valores familiares detrás del negocio. Amor, superación y esfuerzo.

Gracias a la calidez de la gente, nunca hemos perdido la fuerza para seguir dando lo mejor de nosotros.

Siempre a pie de cañón, convirtiendo la rutina en un acto de amor y compromiso por este proyecto familiar.

El destino es caprichoso, unas veces nos da y otras nos quita… y quiso que Elena no continuara este viaje.
Desde entonces, cada día 25 la cafetería florece con girasoles, en homenaje y recuerdo a ella.

En 2025 llega el momento de dar paso a la siguiente generación.

Hoy, Amanda está al frente del negocio, sosteniendo los sueños de su madre y manteniendo vivo el legado de quienes, con pasión, convirtieron la cafetería en un referente gastronómico de bocadillos en Tenerife.

LO QUE NOS MUEVE

Lo que nos mueve no son solo los bocadillos.


Nos mueve la pasión y el esfuerzo que han dado forma a este negocio familiar. Y nos mueve el privilegio de mantener vivo el local, sabiendo que continúa aquello que un día Elena y Miguel construyeron con sus manos.


Nos mueve la calidez de la gente que, en nuestros peores momentos, nos sostuvo como familia. Porque en esta cafetería no solo servimos bocadillos: compartimos vida. Y en ese intercambio, descubrimos que quienes se sientan en nuestra barra también tienen mucho que ofrecer.

Lo que nos mueve no son solo los bocadillos.


Nos mueve la pasión y el esfuerzo que han dado forma a este negocio familiar. Y nos mueve el privilegio de mantener vivo el local, sabiendo que continúa aquello que un día Elena y Miguel construyeron con sus manos.

Nos mueve la calidez de la gente que, en nuestros peores momentos, nos sostuvo como familia. Porque en esta cafetería no solo servimos bocadillos: compartimos vida. Y en ese intercambio, descubrimos que quienes se sientan en nuestra barra también tienen mucho que ofrecer.

Nos mueve la alegría de las cosas cotidianas, de convertir la rutina en propósito.

Nos mueve llevar los ingredientes y cultura de nuestras islitas como bandera. En homenaje a todo lo bueno que nos regalan.


En definitiva, lo que nos mueve es el amor: por lo que hacemos, por quienes nos rodean y por la historia que nos trajo hasta aquí.

Llévate toda la experiencia Majuelos, a donde tu quieras.
Pide, y disfruta como siempre.

¿Te haces
un Majuelos?

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